Si no fuera por ti, nunca habría aprendido los juegos de seducción, esos que me enseñaste a través de una persiana americana en el medio de la ciudad de la furia, y que mostraban claros signos de un corazón delator, que no supe ver.
En este rapto de extrañarte, puedo cometer un crimen, no puedo decirte adiós ni un segundo y sí, es verdad, puede ser que me falten vitaminas.
Ahora voy a tomar un té para tres y escuchar música ligera o alguna canción animal, por que ya aprendí que las cosas imposibles suceden en avenida alcorta, cuando das una vuelta por el universo, o cruzando un puente, en medio de un paseo inmoral.
Hoy quiero decirte gracias tesoro por tu magia; yo seguiré aquí, haciendo todos los días la excepción, viéndote bajar de un lago en el cielo para decirme, Me quedo aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario